Suele suceder.
La persona está viajando y lleva un equipaje excesivo. Y le pesa. Kilos y kilos en la valija. Esa valija que se arrastra por todas partes. Que pesa en el aeropuerto. Que pesa al subir al taxi. Que pesa al llegar al hotel. Que pesa más aún al emprender la vuelta a casa.
A veces hay un momento de lucidez. Entonces el viajero mira todo ese equipaje y piensa.
-¿Para qué traje mucho más de lo que necesito?
Pero lo hizo. Encontró justificativos para hacerlo. No se dio cuenta pero inventó razones para cargar y cargar la valija.
Que esto lo voy a precisar. Que esto otro tal vez también. Que lo de más allá por si hace frío. Que aquello por si hace calor. Que lo otro por las dudas. Y así sigue y sigue. Podría seguir hasta el infinito, o por lo menos hasta que la valija parece reventar.
Pero no. Al final lo que realmente necesitaba era mucho menos.
Mucho menos.
Y lo comprueba cuando descubre el placer de viajar ligero de equipaje. Entonces se siente más liviano, más ágil, más feliz.
¿Cuánto pesa tu mochila?
Lo mismo ocurre en ese viaje que iniciamos al nacer y finalizamos al morir. Un viaje en el que muchas veces pasa que circulamos también con exceso de equipaje.
Piensa en tu mochila.
En esa mochila invisible que llevas sobre los hombros.
Noche y día. Semana tras semana. Año tras año.
Una mochila cargada de piedras invisibles.
Una mochila cargada de problemas.
Porque todo ser humano lleva consigo un conjunto de problemas a resolver.
Y es cierto. Siempre hay que estar resolviendo problemas de diversa índole. Siempre. Lo cual es bueno porque nos permite avanzar. Despejamos el camino y seguimos adelante.
Pero también es cierto que en esa mochila suelen haber piedras de más.
Problemas insolubles. Que no están al alcance de la persona solucionar. Que solo se cargan sin esperanza.
También problemas de otros. Problemas que otros deben resolver pero que depositan en tu mochila para aliviar la de ellos.
Y problemas que no son problemas.
Y tareas que algunas personas multiplican hasta el infinito.
Y ambiciones desmesuradas.
Y culpas que corren por dentro.
Y miedos que paralizan.
Y angustias que oprimen el pecho.
Y tristezas que hunden.
Piedras y piedras pesando en la mochila. Haciendo cada vez más pesado el andar. Doblándote poco a poco.
Alivianar la mochila
Muchas veces el sufrimiento humano se sintetiza en eso: una mochila demasiado pesada. Llena de trastos inútiles pero que pesan como condenados.
La primera tarea es, siempre, alivianar la mochila. Mirar allí adentro y reconocer que llevamos piedras de las cuales deberíamos intentar desprendernos.
Porque en el fondo se trata de viajar más livianos por la vida.
——————————————————————
Un libro digital: el regalo perfecto para estas fiestas
No pesa. No ocupa lugar. No destruye los árboles. Y además informa, entretiene y enseña. No hay mejor regalo para tus amigos que un libro digital.
Por eso mi consejo:
Elige un amigo, solo uno, al que le interese mucho la política
Ingresa en http://www.psicociudad.com/p/secretos-del-cerebro-politico.html
Compra Secretos del Cerebro Político
Luego de recibirlo, envíaselo por mail a ese amigo.
Y horas después…lee con alegría el agradecimiento de tu amigo
O te lo compras para tí mismo. Al fin y al cabo te mereces un regalo luego de un duro año de trabajo. Ya sabes: Secretos del Cerebro Político:
http://www.psicociudad.com/p/secretos-del-cerebro-politico.html