¿Quién será el nuevo Presidente de los Estados Unidos de América?
¿Donald Trump o Hillary Clinton?
¿La experiencia política o la experiencia empresarial? ¿El trabajo político cotidiano de décadas o la irrupción fulgurante de una estrella mediática?
Los pronósticos electorales no pasan de ser un divertimento, un juego.
Solo una cosa se puede anticipar:
Ganará quien mueva las emociones de los votantes con tanta fuerza que logren superar la apatía de ir a votar.
No se trata de que uno u otro tenga razón.
Se trata de emocionar a las personas de tal manera que tengan una fuerte motivación para ir a votar.
Tan simple como eso.
Tan complejo como eso.