La segunda guerra mundial era un terrible horror de destrucción y muerte.
Millones y millones de seres humanos muertos, heridos, mutilados, prisioneros, torturados, con sus familias destruídas y sus vidas derrumbadas.
Destrucción a escala gigantesca de campos, industrias, carreteras, puertos, barcos, aviones, puentes, casas, obras de arte, pueblos y ciudades.
«Lo construiremos todo de nuevo», dijo Sigmund Freud ante ese sombrío panorama.
Y el padre del psicoanálisis fue más allá aún. Dijo que lo construiríamos todo de nuevo pero mejor, con más solidez, con más firmeza.
Freud escribió ésto en el contexto de un artículo sobre el duelo, ese difícil proceso interior que los seres humanos vivimos ante las pérdidas.
Y es cierto.
El ser humano tiene un enorme potencial destructivo. Tan enorme que solo se equipara al inmenso potencial creativo que también tiene.
Creación, capacidad de recuperación y de reconstrucción, potencia para reparar…
«Lo construiremos todo de nuevo»
¿Qué mejor que comenzar el nuevo año con esa frase y con esa actitud?
Cuando termina una guerra.
Cuando hay que asimilar una grave derrota política.
Cuando se vive una crisis personal.
Cuando se pierde un gobierno que se tenía.
Cuando hay que recuperar una ciudad o un país devastado.
Cuando fracasa una candidatura.
Cuando la delincuencia o la corrupción envenenan una sociedad.
Cuando un terremoto o un tsunami arrasan con todo.
Cuando todo parece salir mal.
En cualquier circunstancia, por negativa que sea.
«Lo construiremos todo de nuevo».
Esta actitud debería ser casi una piedra fundacional de cualquier político.
Porque es básica para repararse a sí mismo, recuperarse de las heridas y ponerse en pie nuevamente.
Porque es crucial para liderar a su partido político, para ayudar a su gente en los momentos difíciles y para estimularlos en su tarea reconstructiva y reparatoria.
Y porque es indispensable para llegar a liderar una sociedad que, siempre, necesita reparación, reconstrucción y recuperación.
«Lo construiremos todo de nuevo», dijo Freud.
Y lo haremos mejor aún.