¿Dónde estabas y qué hacías mientras Steve Jobs comenzaba a cambiar el mundo?
Fines de los 70, principios de los 80. Yo era estudiante de Psicología y vivía en Montevideo (Uruguay). Económicamente sobrevivía con lo justo, siempre al límite. Estudiaba mucho. Devoraba libros infinitamente más allá de lo exigido por mis profesores. Muchas veces, allá por las 11 de la noche, era el último en salir de la Biblioteca Nacional justo en el momento del cierre.
Uruguay vivía en dictadura y yo formaba parte de la oposición más clandestina y perseguida. Mi vida también era burlar un eventual seguimiento policial, evadir una patrulla militar, participar con identidad falsa en reuniones secretas, distribuir publicaciones prohibidas y dormir cada noche con el temor de que derribaran mi puerta y me arrastraran como a tantos de mis compañeros al infierno de la tortura y la cárcel.
A mi familia la veía cada 15 días. No tenía teléfono móvil, claro. Ni computadora, por supuesto. La palabra email no existía. Entonces lo que yo hacía era escribirles una carta cada semana. Y recibir otra de parte de ellos. Cartas. Escritas a mano, of course.
No sabía, no podía saber, que más de 30 años después escribiría todas las semanas un artículo para una inmensa familia de suscriptores. Menos imaginaba que en un garaje en Estados Unidos había un joven apenas 4 años mayor que yo que estaba inventando el futuro.
Steve Jobs creó la primera computadora personal. La primera. Menospreciada por la gigantesca IBM que la rechazó porque nadie estaría interesado en tener un aparato de esos en su casa…Steve también inventó el mouse para operar más cómodamente sobre aquella computadora.
Steve Jobs creó el iPod y revolucionó no solo la forma en que escuchamos música sino todo el concepto de la industria discográfica en el mundo.
Steve Jobs creó Pixar y con su película ‘Toy Story’ cambió para siempre la animación cinematográfica, superando todo lo conocido hasta entonces.
Steve Jobs creó el iPhone y clausuró los tiempos en los que el teléfono móvil era un aparato para hacer y recibir llamadas y pocas cosas más. A partir de allí parece natural que el móvil sea una computadora en la que llevamos con nosotros fotografías, videos, música, Internet y miles de otras funciones.
Steve Jobs creo el iPad y puso en escena un nuevo concepto que antes no existía: la tableta, como la que después de eso comenzaron a construir otras marcas.
No es solo una empresa ni una marca ni un conjunto de dispositivos lo que ha creado Jobs. Es un concepto diferente en cada área en la que ha trabajado.
¿Cómo lo hizo? ¿Qué fue lo que le permitió a aquel muchacho de fines de los 70 llegar a producir tales cambios en la vida de todos? ¿Cual es su legado más precioso?
En esa joya del cine que es ‘El ciudadano’ de Orson Welles hay una palabra, una sola, que es la última que pronuncia el personaje principal y que es la palabra que lo define, que subraya lo más esencial de su vida. Quienes vieron la película recuerdan que la palabra era ‘Rosebud’ y saben por qué (los que no la vieron…traten de verla que es una maravilla).
En el caso de Steve Jobs son 2 palabras que lo explican todo: ‘Piensa diferente’. Sí, el célebre eslogan que usó Apple.
Piensa diferente.
Allí está la explicación, el secreto que lo llevó desde aquel garaje hasta este fenómeno planetario en el que se convirtió.
No hay mejor homenaje a Steve Jobs que poner en práctica su legado.
Mira tu carrera profesional. Mira tu carrera política.
Observa el entorno, el contexto.
Y piensa diferente.
No te dejes llevar por la ola, por la manada, por lo que hacen todos.
Piensa diferente.
Ya verás.