A los 16 años leí un libro que cambió mi vida para siempre.
Para siempre. Lo digo porque ya han pasado 37 años desde entonces. Tiempo suficiente como para subrayar que aquel cambio fue para siempre.
Yo iba caminando por la calle 33, una de las principales de mi pueblo. La librería estaba justo frente a la plaza del centro. Allí, en la vidriera de la librería, estaba el libro que me llamaba la atención.
Se llamaba ‘Psicoanálisis del Arte’ y su autor era Sigmund Freud.
Todos los días me paraba frente a la librería y miraba la tapa del libro. Veía el título, el nombre del autor, el precio…A mi escuálido bolsillo de estudiante adolescente le resultaba difícil aquella compra. En realidad…¡nunca había comprado un libro! Pero parecía tan interesante…Finalmente retomaba mi camino sin comprarlo. Y volvía al día siguiente y me planteaba el mismo dilema. ¿Compraría aquel libro?
Un buen día junté el dinero, entré raudamente en la librería y lo compré. Lo leí, releí y devoré en pocos días. Fue mi primer libro de psicología. Y me inspiró tan profundamente que me decidí a estudiar Psicología. 30 años después de haber recibido mi título de Psicólogo sigo leyendo libros de psicología. Todos los días.
Inspiración.
De eso se trata.
La vida de cualquier persona está marcada por esos momentos de inspiración. Momentos provocados por un libro, una película, un suceso, una noticia, un diálogo con alguien…Algo que desate en nosotros mismos fuerzas poderosas y benéficas que empujen nuestra vida hacia adelante.
Inspiración.
Eso necesitan las personas.
Sé que necesitan muchas otras cosas, claro está. Vivienda, alimento, salud, seguridad, educación y tantas cosas…Pero inspiración, sobre todo inspiración.
Inspiración.
Recuerda ésto cuando vayas a dar un discurso o una conferencia o una entrevista. O cuando vayas a preparar un artículo para la prensa o un spot televisivo o una cuña radial.
No, no es necesario que escribas un libro.
Tampoco tienes que ser Freud.
No.
Solo recuerda que la gente necesita inspiración. Necesita sentirse inspirada por tus palabras. Inspirada para su propia vida. Para su futuro.
Tal vez a la política le falte inspiración.
¡Anímate! Busca el camino para inspirar a quienes te escuchan o te leen.
No pienses solo en ganar la próxima elección. Piensa en dejar una marca, una huella. No pienses solo en ti mismo. Piensa en lo que necesitan los demás.
Piensa en despertar algo bueno en ellos…