Estoy leyendo “El encantador de perros”, un libro del mexicano César Millán. El programa televisivo de Millán se emitió durante algunos años en el canal de cable Animal Planet.
Tanto el programa como el libro son altamente recomendables para todos aquellos que tienen un perro como parte de su familia. Les aseguro que si implementan las tácticas psicológicas de César mejorará increíblemente el bienestar de toda la familia.
De hecho, muchas celebridades de Hollywood lo hacen y con excelentes resultados. Yo no soy ninguna celebridad de Hollywood, pero también aplico las técnicas de César y doy fe que el resultado es formidable.
Pero el encantador de perros no es consultor político
Muy cierto. No lo es. Pero sus lecciones sobre los perros son muy aprovechables por cualquier consultor político.
Veamos algunas, solo algunas, de las ideas de César Millán:
- Aplicar la psicología canina cuando se pretende lograr determinadas conductas. Aprovechar para ello todos los descubrimientos científicos al respecto.
- Poner siempre en el centro del análisis que la vida del perro transcurre en manadas, y que sus comportamientos se vinculan indisolublemente al de la manada.
- La única forma que podemos lograr que los perros actúen adecuadamente es ejerciendo liderazgo sobre ellos. Liderar para que nos sigan.
- El liderazgo debe encararse según las pautas de los perros, no según las pautas nuestras. Es liderazgo en el sentido que ellos lo entienden.
- La comunicación con los perros va mucho más allá de lo verbal e involucra fundamentalmente el lenguaje de la energía y el lenguaje no verbal.
- Todo líder debe expresar una energía firme y tranquila. Los líderes inestables tienen poco éxito.
- Las emociones básicas pautan el comportamiento canino.
- La disciplina y las reglas estables son fundamentales en la convivencia con los perros.
- Cuando me comunico con un perro debo tener siempre presente que no me comunico conmigo mismo ni con mi espejo ni con alguien idéntico. Lo hago con un ser muy diferente a mí.
- Cuando hay conductas inadecuadas es porque hay problemas que no hemos logrado resolver.
Repasa el decálogo anterior. No lo traslades automáticamente a la conducta política humana, pero piensa en ello. Piensa en la política a la luz de algunos de estos pensamientos.
No olvides que el ser humano es muy humano pero es, al mismo tiempo y desde un principio, parte del reino animal. Y que el cerebro animal sigue allí, apenas disimulado en nuestro cerebro humano.
No olvides el olfato de los políticos
Un apunte final. César destaca que el perro tiene en la nariz una supercomputadora que le permite obtener una increíble cantidad de información a través del olfato.
No es ni debe ser la única herramienta en una campaña electoral, pero recuerda que la experiencia del político ha desarrollado su nariz, su olfato, su intuición.
Esa intuición también tiene que tener un lugar en la campaña. Por eso el consultor político debe dialogar mucho y bien con el candidato. Y no solo para sugerirle cómo hacer ciertas cosas, sino también para escucharlo.
Porque el olfato político es también parte de la ecuación.