¿Recuerdas aquella clásica campaña publicitaria de Mastercard? La que finaliza diciendo que comprar con Mastercard no tiene precio. ¿Por qué no tiene precio? Por el gran valor que incorpora a la vida del cliente. Esa era la idea central de la campaña.
Pues bien: más allá de las tarjetas de crédito, hay cosas que de tan valiosas no tienen precio. Por ejemplo profesionalizar y profesionalizarse.
Un político leyendo a Dick Morris
Un día, en algún lugar de la web, recomendé la lectura de los libros del consultor político norteamericano Dick Morris. Y expliqué por qué, insistiendo en el valor de la información aportada por dicho experto en campañas electorales.
Un candidato leyó mi recomendación. Él había leído a Dick Morris y había descubierto en él ideas muy útiles y aplicables en su vida política. Y constatar que yo recomendaba su lectura terminó de convencer al candidato de que yo mismo como consultor político podía aportar valor a su campaña electoral.
Fue así que me llamó para trabajar con él. Desde una clara concepción de que necesitaba invertir para profesionalizar sus campañas electorales. Invertir en libros, en formación, en consultoría política.
Invertir no es gastar. Es invertir
Cuando se invierte se espera un retorno importante. Se coloca un dinero para producir un monto aún mayor de dinero. O se utiliza un tiempo o un trabajo para lograr una recompensa valiosa.
Allá voy yo cada año a la tienda virtual de Amazon. A comprar un buen paquete de libros que me mantengan fresco, lúcido y actualizado en psicología política, marketing político, comunicación política e investigaciones sobre el cerebro humano.
Los libros tienen un precio, claro. Pero el valor que agregan a mi trabajo los convierte en una inversión. Por lo menos los buenos libros. Al igual que las buenas opciones de formación profesional. ¡Y vaya si a lo largo de los años he invertido en libros, seminarios, cursos, talleres y eventos de capacitación! Doy fe que el retorno de la inversión es formidable. Es más: todos deberíamos tener un porcentaje anual fijo dedicado a la formación profesional.
Allá voy yo también cada año rumbo a mi participación docente en el Master de Asesoramiento de Imagen y Consultoría Política (MAICOP) de la Universidad Camilo José Cela de Madrid. No cometo ninguna infidencia si digo que los alumnos del Master pagan cerca de una decena de miles de euros por ese año de formación.
Inversión. Sea un libro de 20 dólares o un Master de 10 mil euros. Pero inversión en calidad, en profesionalismo, en valor agregado.
No es gastar. Es invertir.
Mejores campañas electorales
No hay mejor consejo para un candidato que va a encarar una campaña electoral que el de invertir bien. Profesionalizar la campaña al máximo de sus posibilidades.
Hay mucho en juego en una campaña electoral. Si uno no invierte, seguro que lo hará la competencia. ¿Cuánto vale lograr el objetivo y llegar a la meta? Es como Mastercard, no tiene precio.
No me refiero a gigantescas campañas presidenciales hacia la Casa Blanca. Estoy hablando de México, de Colombia, de Argentina…de Iberoamérica en general. Y no solo de campañas para elegir Presidente, sino de campañas locales para elegir Gobernadores, Legisladores o Alcaldes.
Inclusive las pequeñas campañas deberían invertir bien. Porque si se dispone de poco dinero, nada mejor que profesionalizar la campaña para optimizar los gastos. ¿O alguien cree que se gasta menos en una campaña amateur? Nada de eso. Se termina gastando más (porque se gasta peor).
Un ejemplo simple. Hace algún tiempo trabajé en una campaña pequeña donde varios candidatos de un mismo partido competían por un mismo cargo legislativo. Mi candidato disponía de entre el 10 y el 15 % de los recursos económicos del partido. ¿Obtuvo entre el 10 y el 15 % de los votos? No. Obtuvo el 33 % de los votos. Simplemente con una pequeña pero muy profesional campaña.
100 minutos en televisión en manos profesionales se notan mucho más y crean mucho mayor impacto que 300 minutos en manos amateurs. ¿Quién gasta más y peor entonces?
Diseñadores gráficos, publicistas, especialistas en opinión pública, periodistas, consultores, relacionistas públicos, músicos, locutores…pueden aportar mucho valor a cualquier campaña electoral. Conviene tenerlo en cuenta (por más pequeña que sea la campaña).
Es que agregar valor no tiene precio.