Anoche vi en directo, por la televisión francesa, el debate presidencial entre Segolene Royal y Nicolás Sarkozy. Comparto contigo ocho apuntes sobre dicho debate.
Un primer apunte interesante: el formato televisivo del debate.
Muchos debates en EEUU y América Latina presentan a los contendientes parados y en un plano general que los ubica mirando hacia la cámara. El debate francés, en cambio, los ubica en plano general sentados y frente a frente. Esto los obliga a mirarse a la cara mientras se hablan, proporcionándole al público más información ya que ve a los candidatos bajo mayor tensión.
Otro buen detalle es que el televidente está viendo cuántos minutos consume cada uno, y lo ve al segundo y en tiempo real. O sea que también se evalúa cómo administra su tiempo cada candidato.
Por otra parte es digno de señalar el cuidado estético de la escenografía y de todo el trabajo de cámaras.
Un segundo apunte: el funcionamiento del debate.
Muy poca y muy sobria participación de los dos periodistas que lo conducen. Tanto Royal como Sarkozy autoadministran en buena medida sus participaciones, sin necesidad de un gran control externo sobre el cumplimiento de los tiempos y las normas acordadas.
Un debate presidencial civilizado, sin algunas transgresiones que a veces parecen tan caras a los latinos.
Tercer apunte: Segolene.
Segolene Royal es una mujer carismática, renovadora e inteligente. En el debate de anoche se jugó más por la agresividad que por el encanto, tal vez para cerrar la brecha que todavía tiene su imagen entre los franceses cuando dudan de su capacidad de mando y firmeza.
A su vez mostró una postura corporal muy rígida y dura, carente de gesticulación. Sus brazos y sus manos estaban muy quietos, y su musculatura facial muy contracturada. El rápido y permanente pestañeo delataba su tensión apenas controlada.
Cuarto apunte: Sarkozy.
Nicolás Sarkozy es tal vez menos carismático que Segolene, pero también renovador e inteligente. Se jugó por una postura más abierta, más serena y flexible. Habló con todo el cuerpo, con la expresividad de los ojos, con los brazos y las manos
Quinto apunte: el momento crítico.
Frente a una explicación de Sarkozy, Segolene se rió burlona y lo interrumpió con una dura ironía. Sarkozy le preguntó, serenamente, por qué cuando alguien pensaba diferente que ella entonces era motivo de ironía y agresividad. Y agregó que cuando él discrepaba con ella simplemente explicaba su posición para que sean los franceses quienes decidan.
Segolene se enojó y el malestar fue evidente en el endurecimiento de su mirada y de sus rasgos. El episodio se repitió varias veces en forma similar a lo largo del debate.
Sexto apunte: las estrategias.
Sarkozy apuntó a perfilarse como hombre de Estado, resaltando que un Presidente debe tener una actitud tranquila y responsable. Royal jugó la carta de la dureza (ya sea por estrategia o por personalidad) para resaltar que tiene la firmeza como para conducir al Estado francés. Tal vez hubiera sido una estrategia más correcta profundizar en la carta del encanto y la inteligencia que tan bien había desarrollado hasta ahora.
Séptimo apunte: el ataque y la defensa.
Me queda la duda de si lo de Segolene fue estrategia o no. Porque tal vez su punto débil sea no saber defenderse, y cuando vio cuestionadas algunas de sus ideas no lo pudo soportar y no pudo controlar el enojo.
Octavo apunte: ¿quién gana?
¿Quién presidirá Francia en el próximo período? Me faltan elementos de juicio, pero creo que finalmente el Presidente será Nicolás Sarkozy.
Fue primero en la primera vuelta, va primero en las encuestas y tuvo buen desempeño en el debate presidencial. De todos modos, la palabra definitiva la tienen los franceses.
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